Fernando Reyes Matta

Chile y la transparencia en el Año de la Luz

Fernando Reyes Matta Ex embajador en Nueva Zelanda y China, profesor de la UNAB

Por: Fernando Reyes Matta | Publicado: Martes 30 de junio de 2015 a las 04:00 hrs.
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Fernando Reyes Matta

Fernando Reyes Matta

No cabe duda que estamos viviendo un tiempo complejo en la relación del dinero y la política. No faltan quienes se preguntan: ¿cómo hemos llegado a esto? Sin embargo, en medio de la turbulencia de nombres, prácticas cuestionables, dudas e inculpaciones hay una pregunta mucho más importante: ¿podrá llegar a ser Chile un país ejemplo de transparencia en la política cuando esta crisis haya quedado atrás?

Este no es un tiempo de epidemia mortal, es un tiempo de parto. Y si lo miramos así, podemos ver que estamos llamados a crear formas de convivencia política donde el devenir nacional sea más transparente, más abierto a la luz pública y a los ojos de toda la sociedad.

Y esto nos ocurre cuando, justamente, Naciones Unidas ha denominado al 2015 el Año Internacional de la Luz. Por cierto, las razones de tal denominación buscan impulsar un mayor desarrollo de este recurso esencial para la vida. Pero es una buena metáfora para entender la tarea que tenemos por delante. Puede que nuestro aporte a tal conmemoración sea poner más luz en la marcha política y social del país hacia su futuro.

Chile es un país donde el valor de la transparencia nos convoca desde ámbitos muy diversos. ¿Cómo podríamos tener opacidad en la convivencia ciudadana mientras nos enorgullecemos de esa naturaleza que nos ha dado el privilegio de unos cielos considerados de los más transparentes del mundo? Puede considerarse que son realidades ajenas, pero cuando nos felicitamos porque el 70% de los programas internacionales de observación astronómica se ejecutan desde Chile, parece difícil hablar de esa transparencia sin avanzar en la otra.

Ningún país está libre de crisis donde las relaciones entre poder económico y poder político se tornan oscuras e inaceptables para la ciudadanía. Pero pocos países son capaces de reaccionar uniendo voluntades de todos los sectores, sobrepasando visiones partidistas y desconfianzas de coyuntura, para avanzar hacia una meta superior: aquella donde la confianza predomine en el quehacer de toda la sociedad. Es la oportunidad que ahora tiene Chile, una oportunidad donde la imagen del país se refuerce en su diálogo con el mundo.

Transparencia es un concepto que alude a aquello que se deja atravesar por la luz o permite el paso de la luz haciendo visible formas y colores que están al otro lado de ese algo. Transparencia y luz son un todo, una referencia clave cuando vemos sus significados desde los tiempos que nos toca vivir.

Para Naciones Unidas este Año Internacional de la Luz tiene el propósito de “dar a conocer a los responsables políticos y a las grandes corporaciones internacionales la gran capacidad y potencial que tiene la tecnología de la luz como solucionadora de problemas”. Así lo ha señalado John Dudley, presidente del comité directivo del año. Habrá simposios de distinto carácter para abordar lo que aún falta para llevar la luz a pueblos postergados, se hablará de los avances tecnológicos en marcha, se llamará a los jóvenes a mirar el futuro buscando nuevas respuestas para la luz y su velocidad cuando recorre espacios mínimos o el universo.

Pero siendo la luz lo que es porque la transparencia del aire o el espacio la hace posible, debemos tener cuidado que no encandile y nos impida ver lo que es necesario conocer, lo que construye verdades. Los astrónomos reclaman que el exceso lumínico de las ciudades amenaza la capacidad de ver más en la búsqueda del universo. Encandilarse no es bueno porque, paradojalmente, es luz que obnubila.

Cuando no hay transparencia en una sociedad, cuando un país “barre bajo la alfombra”, se corre el peligro de encandilarse con aquel que llega con el discurso fácil y el populismo oportunista. Cuando se dice aquí hay que poner más luz, cuando cabe hacer transparente los hechos y sacar lecciones, no sólo se gana en transparencia política para el devenir inmediato, también se ilumina el futuro y las grandes metas a alcanzar con todos. Debemos lograr lo que Neruda dijo con certeza: “Yo no sé nada de la luz, de dónde viene ni dónde va, yo sólo quiero que la luz alumbre”.

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